Entrevista a Raphaëlle Giordano

Raphaëlle Giordano, escritora, pintora y ‘coach’ en creatividad

img_isainzdebaranda_20170223-171310_imagenes_lv_propias_isainzdebaranda_giordano-kirB-16H43RFVTVGD7N1N-992x558@LaVanguardia-Web

¿Qué propone?

Encontrar lo extraordinario en lo ordinario, huir de la rutinitis aguda. Conozco a demasiadas personas que lo tienen todo para ser felices pero van por la vida con un desaliento constante, se quejan mucho.

¿Usted no?

Sí , sí, claro, yo antes llamaba la atención a través de lo negativo, hasta que me di cuenta de que ir por la vida de Calimero no sirve de nada.

La estéril queja.

Mi madre me mimaba mucho, me protegía…, en realidad le sentaba muy bien estar en modo ayuda y a mí que me sacara las castañas del fuego, pero aquello no era sano.

Y cambió de estrategia.

Sí, dejé de alimentar a las ratas y empecé a trabajar la confianza en mí misma, a cultivar una imagen positiva sobre mí y a romper las dependencias emocionales.

¿Qué herramientas le fueron útiles?

Invertí en distintas terapias para cortar con los lastres del pasado y para barrer la puerta de entrada de escombros y lamentos, pero no quería pasarme la vida rumiando sobre el pasado.

La mayoría de las terapias se basan en eso.

Rumiar y rumiar es una justificación para no avanzar. Todos hemos vivido cosas difíciles y hay que trabajar en ello, pero precisamente para desensibilizar los recuerdos traumáticos.

¿Desensibilizar?

Esos recuerdos siempre estarán ahí, pero puedes quitarles la carga emocional, trascenderlos, y para ello yo me he servido de pequeñas acciones cotidianas que si haces a diario cambian tu psicología en lo más profundo, por ejemplo, pensar en positivo cada día.

¡Estamos hartos de oír eso!

Pero funciona. Como en una radio, tú puedes cambiar tu frecuencia interior poniendo el foco en lo mejor que hay en ti en lugar de en lo que no va bien. Hay que cambiar de vibración.

No es tarea fácil.

Si comprendes que la amabilidad, la escucha y el altruismo son valores esenciales y los practicas, los otros acabarán por percibirlo y eso tendrá un impacto en tu vida.

¿Usted lo ha conseguido?

Sí, entrenando, utilizando por ejemplo la cámara imaginaria, que consiste en fotografiar mentalmente los momentos positivos que hay en tu día a día, observándolos como si los vieras por primera vez.

Entiendo, esas pequeñas cosas gozosas.

…Y cuando hay algo que no chuta, ojeo mi catálogo, escojo un momento y lo revivo. Eso me recoloca en un estado de ánimo positivo y me da confianza en mí misma.

¿Y qué hace cuando ve las fotos de los inmigrantes contra las vallas alambradas?

No soy una ingenua superficial concentrada en su ombligo, sufro con las cosas que veo y a menudo tengo un sentimiento de impotencia, pero lo supero y me pregunto qué puedo hacer.

¿Y halla respuesta?

De entrada, puedo aportar a diario mi amabilidad y mi trabajo bien hecho. Si das lo mejor de ti mismo, el mundo ya es un poco más positivo.

También propone despegar sellos.

En las relaciones es fatal ir acumulando sellos, es decir: agravios y disgustos, porque acabas explotando y a menudo de forma violenta. Debemos aprender a decirle al otro sin violencia esas pequeñas cosas que erosionan la relación, y para eso hay técnicas concretas. Y es importante distinguir entre la empatía mojada y la empatía seca.

¿En qué consisten?

Alguien te explica su malestar o te lo hace notar y tú absorbes su mal rollo, te contagias, lo que significa que te estás comportando como una esponja emocional. La empatía seca es ser capaz de tener una escucha activa, pero sin contagio. Pero sobre todo yo le aconsejo hacer el gato.

¿Buscar el mejor rincón y ronronear?

Sí, autorizarte a tener momentos de no hacer nada. Dejarte en paz. Y también me es muy útil la remihucha: cada vez que uno rumia cosas negativas, multa de un euro. Te ayuda a desarrollar la capacidad de observarte desde fuera y tomar conciencia de lo muy a menudo que entramos en un bucle negativo.

Pero la adversidad forma parte de la vida.

Estoy de acuerdo, el objetivo no es la felicidad y el éxito, es la aceptación, saber que en la vida hay pan blanco y pan negro, y que no controlamos nada salvo nuestra manera de percibir los acontecimientos. Hacer un esfuerzo por buscar lo positivo en lo negativo es dejar una ventana abierta a la oportunidad.

Entrevista en la Contra de la Vanguardia, 16.03.2017

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.